Muy buenas, jugonas y jugones. Hoy volvemos a hablar de cine, obviamente relacionándolo con videojuegos, pues toca hablar de una de las películas que más polémica levantaron entre la comunidad de jugadores cuando se estrenaron:
Tekken.
Adaptar un videojuego de lucha a la gran pantalla nunca suele ser una buena idea, básicamente porque las batallas pueden ser espectaculares, pero concentrar en 90 o 120 minutos una historia interesante sin caer en el error de dar más protagonismo a las tortas que al argumento es muy difícil. Tekken no intentó ni una cosa ni la otra, de ahí que sea una película tan extraña.
Dicho ésto, pasemos a hablar de ella. Disfrutad.
Un argumento aceptable, una ambientación sin pies ni cabeza
Aunque parezca mentira, el argumento de "Tekken" (siempre que lo entrecomillemos estaremos hablando de ésta película, que conste) no está mal del todo. Jin Kazama busca venganza por la muerte de su madre, que ha muerto por culpa de la gigantesca empresa Mishima Zaibatsu, la cual reconocerán al instante los fans de Tekken. Para cobrarse venganza, Jin decide apuntarse al Torneo del Puño de Hierro que organiza la propia Mishima Zaibatsu, liderada por su abuelo.
Hasta ahí, más o menos todo normal. Y es que la trama no flojea de verdad hasta el final de la película, pero todo está muy mal llevado. Jin vive en "
el yunque", los suburbios de una gran urbe (cuando en el juego se supone que vive en medio de la naturaleza con su madre, Jun), infestada de delincuentes y con una gran afición por las luchas callejeras, que sirven para llevarse algo de dinero y de paso labrarse un nombre. Jin, que participa en esos combates, es escogido como "la elección del pueblo", es decir, es el luchador que la gente de la ciudad ha escogido
para representarlos en el torneo de Tekken. A partir de ahí, podéis imaginar lo que vemos: luchas espectacularmente coreografiadas, personajes típicos de Tekken (entre los que podemos encontrar a Eddy Gordo, Nina y Anna Williams, Yoshimitsu...) y algunos más modernos (como Dragunov, cuyo nombre pronuncian bien pero aun así escriben "Dragonov", un error incomprensible).
A medio camino entre Tekken, la UFC y Mortal Kombat
Aunque la película lleva el nombre de Tekken, lo cierto es que los combates tienen una parafernalia y extravagancia excesivas. Para empezar, el torneo no se desarolla en varios puntos del mundo (como en los juegos), sino que se da en un recinto cerrado, con público y en un "escenario" que hace las veces de ring. El problema principal está claro: se rechaza el exotismo de los escenarios que vemos en los videojuegos y se adopta un estilo mucho más conservador,
utilizando siempre el mismo lugar pero con variaciones de nivel, es decir, cambiando en cada combate el diseño: en algunos la superficie en la que se lucha es totalmente lisa y en otros hay desniveles del terreno, por ejemplo. Todo para intentar acercarse a esa variedad de paisajes que sí existe en el juego y que, por desgracia, no vemos (ni de lejos) en ningún momento en la película.
Así, la referancia a la UFC ya está explicada: ring cerrado, público en directo y estilo de combate totalmente libre. De acuerdo, pues pasemos a la de Mortal Kombat, que es la que hace hervir la sangre a muchos de los que hemos visto la película.
En Tekken, a excepción de Yoshimitsu y Kunimitsu (además de los Jacks, que son un arma andante), ningún personaje ha usado nunca ningún tipo de armamento (ni blancas ni de fuego) en su forma básica, por lo que si no personalizabas al luchador/a añadiéndole tú el arma en cuestión, siempre se luchaba cuerpo a cuerpo; y aun así lo de incluir armas utilizables empezó en Tekken 6. Pero en la película los guionistas debieron pensar que había que incluir más peligro a los combates para inquietarnos con la posibilidad de morir en cualquier combate. Exacto, de ahí lo de Mortal Kombat.
No es sólo que los propios luchadores puedan traer "de casa" sus armas, sino que incluso la propia Mishima Zaibatsu
ofrece armamento cuerpo a cuerpo para los combates. ¿Cuándo se ha visto eso en Tekken? Porque llevo jugando casi 20 años a la saga y nunca me han ofrecido una cadena de acero de tres metros de longitud para atizar a mi enemigo al principio del combate... Es algo que no tiene sentido, como tantas otras cosas en éste largometraje que, recordamos, no es coherente pero sí divertido.
"Muy espectacular, sí, pero... ¿De verdad está basado en Tekken?"
El punto final del cuerpo de éste artículo no podía ser otro: ¿es la película fiel al universo Tekken? Pues en algunas cosas sí y en otras ni de lejos. Muchos elementos se adaptaron de forma genial, como la mayoría de
las indumentarias de luchadores (mención especial para Raven, de gran parecido físico, y su traje, idéntico al de los videojuegos) y el estilo de combate de éstos, pero incluso en éste apartado hay debilidades. Y los más escandalosos son los de Steve Fox y Heihachi Mishima, sin duda.
Steve Fox, personaje principal en la película (que no protagonista), luce una cabeza rapada, tiene un cuerpo más bien normalito -cuando Steve en los videojuegos tiene una complexión asombrosa- y ni siquiera lucha, sólo apoya a Jin. Podrían haberlo llamado "Paco" y habríamos visto exactamente la misma similitud con el personaje del videojuego, por poner un ejemplo.
El otro caso es el de Heihachi.
Heihachi Mishima. Un hombre exageradamente fuerte, impulsivo y mezquino en los videojuegos, convertido en un señor mayor con pelo raro, que además acaba siendo bueno, en la película. Así de claro. Prácticamente ni lo vemos moverse, y mucho menos luchar, durante toda la película; por no hablar de que el físico de Cary-Hiroyuki Tagawa, el actor que lo interpreta (y gran actor del cine de artes marciales, por cierto), queda extremadamente lejos del que presenta el padre de Kazuya y abuelo de Jin en los videojuegos. No acabamos de entender la elección de casting para Heihachi, la verdad: si vas a incluir a un personaje que ni siquiera va a luchar, escoge a un actor que sólo parezca de la edad correcta pero que por lo menos sea grande y fuerte. Quizá somos los únicos que son de esa opinión.
Como errores "leves" en el apartado de los luchadores, ya para acabar, tenemos al luchador español,
Miguel Caballero Rojo, y a
Bryan Fury. En el caso de Miguel el problema principal es que le cambian el nombre. Quizá los guionistas pensaron que era demasiado largo y medio segundo más hablando podía reventar la película, no sé, pero el caso es que el personaje pasó a llamarse "Miguel Rojo", eliminando el primer apellido sin explicación alguna.
El actor que lo interpreta, que no es otro que el tres veces ganador del trofeo "Combate de la Noche" en UFC Roger Huerta (mexicano) no se parece absolutamente en nada a Miguel, e incluso luce un gran tatuaje que le recorre el brazo hasta llegar al pecho, algo que el personaje al que interpreta, como imaginaréis, no tiene. ¿Y le costaba mucho dejarse el pelo un poco largo y no afeitarse?
El de Bryan Fury, como decíamos antes, es el error más pasable de todos, para muchos ni siquiera un error -que lo es-. Cuando se presenta al personaje se dice que es boxeador, cuando en realidad Bryan ha utilizado siempre el kickboxing en Tekken. En fin.
En resumen: ¿es aceptable o no?
Pues ésto es muy fácil de responder: como adaptación de un videojuego al cine, no; como película de lucha y acción, por supuesto. Si no conoces los videojuegos, puede resultarte atractivo todo, desde la trama hasta los escenarios, pasando por los personajes, el trasfondo lúgubre del pasado de Jin y, por supuesto, los combates. Las coreografías son geniales y contundentes, y nos ponen en tensión en más de una ocasión. Por cierto, gran doblaje para ser una película que apuntaba tan bajo, la verdad.
El problema es que la película, se supone, se basa en un material definido, que son los videojuegos de la saga Tekken, y no lo hace de forma adecuada. Es tan fácil como imaginar la película sin ver ni escuchar los nombres de los luchadores (ni el torneo) en ningún momento. Lo único que podría darte una pista que pudiese ayudarte a deducir el juego en que se basa la película son los trajes de los participantes del torneo, y aún así dudarías.
