domingo, 29 de junio de 2014

Tekken, el eterno renacer. ¿Sigue funcionando?


Muchos años lleva ya entre nosotros la considerada mejor saga de lucha 3D de la historia de las consolas, y muchos años lleva también intentando renovarse para seguir en el trono. De momento sigue en lo más alto, con entregas de un gran nivel, pero ¿sigue siendo Tekken la misma que conocimos antaño? Como enorme fan de la saga, creo que hay que analizar ésta situación.

Antes de empezar debo dejar claro que, como he dicho, soy un grandísimo fan de la saga de Namco. Desde aquél lejano Tekken 3 no he dejado de jugar a la que para mi es la mejor saga de lucha de la historia. A las dos entregas anteriores también he jugado hasta la saciedad, pero sólo en la versión Arcade. Obviamente, sé que los hitos que ha marcado Street Fighter han convertido a la saga de Capcom en la franquicia con mejor reputación en el género, pero, a mi, Tekken siempre me ha parecido más divertido. Es sencillamente una opinión personal.

En ésta coyuntura, que no parece que vaya a cambiar (siempre será una de mis sagas favoritas), llegó Tekken 6 allá por 2009. Con un hype tremendo, muy incrementado por las altas notas que el juego recibía en las críticas de los medios, me dirigí a hacerme con una copia para mi PS3. Y sí, me encantó... Los dos primeros meses tras la compra. Podríamos decir que en ese momento me di cuenta de que Tekken ya no era aquello que en su día me marcó, aquél juego que podía mantenerme pegado durante vete tu a saber cuánto tiempo a la pantalla de la recreativa arcade a la que jugaba tras pasar media hora en coche sólo para jugar con un tal Jin Kazama. No sé el porqué, pero siempre lo seleccionaba a él. Y no os voy a engañar, la verdad: sigo haciéndolo.

Tekken 6 cambió. Demasiado. Con la quinta entrega la saga dejó el listón a una altura inalcanzable (por lo menos, hasta ahora), pero con igualarlo, a los fans, nos servía. En cambio, Namco optó por una solución acorde al cambio de generación: modernizar la franquicia. Para ello, la medida principal fue añadir escenarios con entornos extremadamente urbanos, con luces de neón, música más "cañera"... Y un ritmo de combate mucho más veloz, por supuesto. El caso es que aunque los esfuerzos de Namco no fueron en balde, tampoco acabaron de cumplir su cometido y dejaron a Tekken 6 como una entrega más, pero con mejor jugabilidad. El problema no fue lo que se añadió, sino lo que se perdió. La personalidad propia de la saga.

Cualquier jugador de Tekken que haya crecido con Tekken, Tekken 2 o Tekken 3 ve en la saga un estilo muy exótico, incluso bastante oriental (sobretodo en Tekken 3). Los escenarios, hasta la tercera entrega, eran amplios, con poco detalle pero con gran ambientación, interesantes al fin y al cabo. En Tekken 4 se siguió ésta estela pero se añadieron escenarios con algo más de tecnología, más modernos: necesitaban innovar. Eso sí, lo hicieron con gran maestría, incluyendo también escenarios a la vieja usanza, de estilo clásico y oriental, así como naturales. En Tekken 5 ésto se llevó al extremo y sólo 4 de los 15 escenarios disponibles se ambientaron en interiores. Ojo, nos referimos a escenarios en los que no estamos en medio de la naturaleza, no con ambientación urbana: ambientados en ciudades pudimos ver sólo 3 (2 si no somos escrupulosos). Ésto quiere decir que, aunque se modernizaron los HUDs, los menús, los gráficos, los modos de juego, el control... No se perdió la esencia de la saga.

Éste hecho fue aún más sorprendente dada la inclusión de un nuevo modo de juego, con historia propia, que hacía las veces de "Tekken Force" remozado: el nuevo "Devil Within". Aún no he conocido a nadie a quien no le gustara repartir mandobles a diestro y siniestro controlando a Jin por los larguísimos escenarios que nos ofrecía el modo (la extensión de los cuales, quizá, era lo que menos nos gustaba). Siempre me quedó ese deseo de poder controlar a cualquier otro personaje, y la verdad es que por aquél entonces no entendía por qué no se había incluido la posibilidad de seleccionar a otro luchador que no fuese Jin aunque no tuviese un argumento detrás, como pasaba con Kazama. Más adelante empecé a pensar con raciocinio y supuse que crear nuevas animaciones para los más de 30 luchadores sería una tarea demasiado sacrificada para los desarrolladores. Siento haberme desviado, lo importante es lo que supuso el nuevo modo: renovación. Pero con la sexta entrega, Tekken pareció convertirse en una saga de lucha en la que "podíamos controlar a los luchadores de Tekken 5 y algunos del nuevo juego". Que no parecía un Tekken, vaya.


Tras Tekken 6 y Tekken Tag Tournament 2, la saga ya había alcanzado un punto de no retorno. Se había modernizado y los nuevos elementos no iban a desaparecer. Y llegó Tekken Revolution, el Free to play. Básicamente era Tekken Tag Tournament 2, pero en versión 1 contra 1 y con una interfaz cambiada para la ocasión. ¿Divertido? Lo era. ¿Se alejó aún más de la esencia de la saga? Por supuesto. Eso sí, debo reconocerle un mérito a Tag  Tournament 2 y a Revolution: los escenarios volvieron a la variedad que tanto ansiábamos, y las melodías también. ¿Pero sigue siendo Tekken? Yo creo que no; por lo menos, no del todo.

En conclusión, Namco optó por una solución lógica: dar un lavado de cara a su saga estrella.  El problema es que lo hizo de forma tan drástica que no gustó tanto como predijeron. Perdieron muchas señas de identidad y, aunque intentaron construir un nuevo "Tekken" como base para las futuras entregas, hasta ahora lo único que han conseguido como definitivo es el estilo de juego. Un servidor seguirá esperando a ese lejano Tekken 7 de nueva generación, ese Tekken que espera que, aunque sea sólo por momentos, vuelva a hacerle sentir como un niño de 7 u 8 años que se emociona con cada golpe de su personaje favorito, con cada línea de diálogo del prólogo o el epílogo del Modo Historia, con cada combate. Hasta entonces, no puedo hacer otra cosa que agradecer a Namco el hecho de habernos brindado la oportunidad de jugar a una saga que, aunque no está en sus mejores momentos, sigue siendo la reina de la sagas de lucha 3D y, por qué no, de la lucha en general.


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