martes, 7 de octubre de 2014

Padres y videojuegos... ¿Incompatibles?

¿Alguna vez habéis sentido la presión de vuestros padres cuando vais a comprar un videojuego? ¿Os habéis visto en la conjetura de no tener dinero para uno y no poder acudir a ellos? (Ya puedes quitar la voz de anuncio mental, que no vengo a venderte la nueva aspiradora.) Porque yo, particularmente sí. Y no es demasiado raro si pensamos en los cambios que han tenido que vivir al pasar de una generación a otra (Recordemos que aun muchos llaman al móvil, ordenador o consola 'maquinita')


Y es que nuestros padres no están acostumbrados a la tecnología, y pocos son los que entienden estas nuevas formas que tenemos de entretenernos. Muchos de sus argumentos suelen ser que ''en sus tiempos todo era distinto'' y esto les crea una desorientación cuando comparan su juventud con la nuestra. Hipótesis a las cuales no ayudan los medios de comunicación, que se preocupan bastante por alertar del riesgo de estar expuestos a estas tecnologías durante largos periodos de tiempo, alegando a que los videojuegos promueven la violencia y desconectan a sus jugadores de la realidad, pudiendo crear trastornos. Cuando estas noticias invaden nuestro entrono, ¿dónde queda la veracidad de los que realmente jugamos? Los adultos hacen, mayormente, caso omiso a nuestros argumentos y se aferran a lo dicho previamente en televisión, dejándonos desarmados. 

Tras realizar una encuesta a padres de adolescentes, los datos indican que el 78% no ve bien que sus hijos pasen horas jugando en lugar de salir y socializarse con gente de su entorno. El 91% desconocía que gran parte de los videojuegos del mercado poseen un modo multijugador que les ayuda a socializar y mejorar su compañerismo y tan solo el 15% se abstiene de poner horarios a sus hijos.
Los datos son comprensibles, pero no son justos para nosotros, pues cada vez somos menos los que podemos contar con su apoyo económico, algunos hasta tenemos que buscar el dinero por nuestros propios medios (el 34%) y otros directamente tienen que disfrutar de esta entretenida, pero cara afición, tirando de un amigo considerado que nos preste aquel antiguo juego que ansiamos tanto tiempo (el 12%) ¿No es preocupante?

Entrevistando a Christian, un joven ya mayor de edad, hemos observado que no siempre ha tenido el apoyo paternal dentro de su afición, nos cuenta que cuanto más joven era, menos permisivos eran sus padres, creándole de pequeño una cierta dejadez hacia este mundillo, que luego recuperó. Christian aprecia también que según pasaban los años, más comprensivos se volvían y aceptaban que su pasatiempo no era tan dañino como en un principio pensaba. Nos aconseja tener paciencia y ser cuidadosos con cómo pedir ciertas cosas, asegura que ese enfrentamiento no declarado entre los adultos y el mundo videojueguil cesará con el tiempo, y es que nosotros mismos somos quienes mejor podemos explicarles que los peligros de jugar están más en sus mentes que en la realidad. ''¡No dejéis de lado lo que os gusta aun cuando no os apoyen!'' Concluye Christian.

Y se puede decir más alto, pero no más claro. Aunque no siempre se nos apoye a ser unos viciados en toda regla, no lo dejaremos. Porque no hay nada mejor que pasarse un viernes repleto de historias y tensión frente a la pantalla, donde no hay mejor protagonista que tú. ¡Ánimo, jugones!

0 comentarios:

Publicar un comentario