lunes, 12 de enero de 2015

Cuando el pez pequeño se come al grande



Hoy en día tenemos la gran suerte de poder disfrutar de una gigantesca variedad de videojuegos y géneros en el sector. Cada juego tiene una esencia propia que lo hace diferente a otros, y eso nos beneficia a todos. Por supuesto, dentro de un ámbito tan amplio como es el de los juegos, podríamos clasificar, sin descalificar ni menospreciar a ninguno, todos y cada uno de ellos en varios niveles, que podrían ir desde aquellos con el presupuesto más bajo y la producción más humilde (los indie serían el ejemplo más claro) a las conocidas superproducciones de las grandes desarrolladoras. Precisamente de los juegos indie es de lo que os quiero hablar.

Como es lógico, siempre se presupone que los juegos "grandes" son los de mayor calidad (y, en términos generales, así es), pero ¿qué pasa cuando de golpe, una idea original vence los cánones y al dinero?


Menos presupuesto, más creatividad

El tener dinero para perfeccionar hasta el límite una base y alargar los costes de producción cuanto uno quiera es siempre una ventaja, eso hay que tenerlo claro. El problema es que, precisamente, el trabajar siempre sobre la misma base hace que un estudio, por grande que sea, se encasille. Si nos ponemos a mirar, sal pensar en los grandes nos vendrán a la mente, básicamente, unos dos o tres títulos, como pasa con Rockstar y GTA - Red Dead, con EA y FIFA - Need For Speed (el cual ya ni desarrollan, sólo lo editan) o con Capcom con Street Fighter - Resident Evil. No es que no desarrollen más sagas, es que son las más importantes y han seguido sacando secuelas y secuelas hasta la saciedad.


Con todo ésto, lo que quería que entendierais, es que al final, por muchos elementos innovadores que pongas en un FIFA o a un Street Fighter, siempre vas a tener la sensación de estar siguiendo una línea que empezaste con alguna entrega anterior, una entrega que era "compra obligada" para tal o cual consola y de la cual has ido comprando secuelas que, por supuesto, pueden ser juegazos, pero te quitan presupuesto para probar otros. Ahí, precisamente, es donde entran los indies.

Los juegos de pequeños equipos de desarrolladores (podéis llamarlos indies siempre) son la bocanada de aire fresco que el sector necesitaba. Para aquellos que a veces nos paramos a observar en vez de jugar y, con ello, analizar la situación actual de los videojuegos, los indies han roto la monotonía que teñía de principio a fin el catálogo de los "mejores juegos" de los últimos años. Son, por suerte, juegos que no buscan el beneficio rápido, que se arriesgan, que quizá no tienen un desarrollo que dure semanas, pero que pueden tenerte enganchado completando el mismo único nivel durante dos o tres meses.


Los jugadores: el factor que va inclinando la balanza hacia el lado contrario


Hay muchísimos juegos indies de calidad, pero si hay algo que esté siendo determinante para "dar la vuelta a la tortilla" y hacerlos preferibles a muchos juegos 'grandes', son precisamente los jugadores. La comunidad de fans de los indies es cada vez mayor y, por ende, consigue que el seguimiento de los medios a éste tipo de producciones también esté aumentando a gran velocidad.

Ya no es sólo que los indies sean mucho más sencillos de distribuir, sino que además la gigantesca mayoría son gratuitos, lo cual facilita mucho que cualquiera que se vea atraído por alguno pueda probarlo sin problemas. Además, no suelen exigir mucha potencia gráfica, por lo que cualquiera con un PC normal y corriente puede jugar. Por supuesto, también hay muchos indies que se ponen a disposición de los jugadores en medios como PlayStation Network (mediante la Store), Xbox LIVE o Steam, en cuyos casi normalmente sí hay que pagar un precio, pero aún así suele ser bastante bajo.

Así, llegamos a la conclusión de que los juegos pequeños, por ahora, han ganado terreno por varios motivos:

- Son más cercanos a los jugadores, además de ser fácil acceder a ellos.

- Normalmente son totalmente gratuitos.

- No valoran tanto las partidas extremadamente duraderas, basándose más en ofrecer la mayor diversión que pueda ofrecer una sola partida corta.

No sólo éstos motivos son los causantes de que los juegos independientes hayan ganado terreno ya que la imposibilidad de enfrentarse a ellos por parte de las grandes desarrolladoras también juega un papel importante. Nunca veremos un Gran Turismo, un Gears Of War o un Tomb Raider que sea Free to Play en todos los sentidos (quizá sí acaba habiendo un Free to Play de éstas sagas, pero siempre nos harán pagar por algo, ya sean skins, circuitos, mapas, armas...) porque no sale a cuenta: los costes de producción son muy elevados, y ese problema no lo tienen los indies.


Por último, lo más importante: por fin vemos originalidad

Como he dicho antes, los indies se caracterizan por la creatividad que sus desarrolladores plasman en el propio juego, y eso es lo que de verdad asesta un tiro de gracia a las grandes franquicias. Juegos como Slender: The Eight Pages o, más recientemente, Five Nights at Freddy's no sólo se arriesgan al enmarcarse en un género que cada vez se ve menos utilizado por empresas grandes (el survival horror) por los pocos beneficios que produce frente al género de la acción, sino que utilizan ideas propias, ideas que de verdad nos dejan entender qué era lo que buscaban los desarrolladores cuando empezaron a crear el juego.


No he mencionado a prácticamente ningún indie en concreto hasta ahora porque, la verdad, se me hace difícil mencionar sólo algunos y dejar de lado a todos los otros, pues hay muchísimos de calidad. Pero no voy a dejar de hablar un poco de los mejores, pues vale la pena.

Ante la ingente cantidad de títulos indies que existen, os mencionaré algunos de mis preferidos por si alguien quiere darles una oportunidad:


Fez (Windows, Xbox Live, PlayStation 3, PlayStation 4, PS Vita)

Five Nights At Freddy's (Windows, iOS, Android)

Hotline Miami (Mac OS X, Windows, PlayStation 3 y PS Vita)

Super Meat Boy (Mac OS X, Windows, Xbox Live)

World of Goo (Mac OS X, Windows, iOS, Wii)

VVVVVV (Mac OS, Windows, iOS, 3DS, Android, Ouya)

Journey (PlayStaion 3)

Braid (Mac OS X, Windows, PS3, Xbox Live)



En conclusión...

El catálogo de videojuegos siempre ha sido realmente amplio, pero ahora cada vez lo es más. Si habláramos de juegos malos o que no pudiesen despertar ningún interés, de poco nos serviría, pero los indies son todo lo contrario. Son proyectos con magia, que se crean con ilusión desde el primer momento, y eso se nota al jugarlos.

Los juegos 'grandes' van a seguir estando ahí, eso no lo dudo ni un instante, pero creo que los juegos independientes aún tienen mucho que decir en el sector y hasta ahora lo único que han hecho es coger fuerza. En muy poco tiempo éstas producciones darán un golpe en la mesa y se erigirán como una más que válida alternativa a los Triple A, aunque los presupuestos no sean en absoluto comparables. Por desgracia, también es posible que las grandes empresas copien ideas que originalmente tuvieron los pioneros de juegos independientes y las hagan "suyas", colgándose la medalla. Por ello, es muy importante que valoremos a los indies como juegos igual de válidos e importantes que los que producen empresas de mayor tamaño, pues esa es la realidad.


Espero que os haya gustado el artículo y, de paso, os haya animado a probar éstos juegos independientes, porque seguro que muchos podrían entrar de cabeza en vuestra lista de favoritos. Hasta la próxima, jugones.


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