sábado, 7 de marzo de 2015

El rincón raruno: LSD Dream Simulator

El rincón raruno vuelve a abrir sus puertas para seguir descubriéndoos joyas (si es que se pueden llamar así) de la parte más extraña y extravagante del mundo de los videojuegos. Tras nuestras tres primeras entregas, en gran parte impregnadas del típico humor de los juegos que las protagonizaban, toca abrir nuestras mentes y prepararse para conocer al absurdo hecho videojuego: LSD Dream Simulator, un videojuego que buscaba transmitir la experiencia por la que pasan aquellos que consumen LSD (una droga muy potente, por si alguien no lo sabe). Una ida de olla de las buenas. Vamos allá.


Ni historia ni rábanos: a 'fliparlo' desde el principio

Uno de los rasgos más característicos de la trama del juego es precisamente su total ausencia. No hay ni una línea de argumento, lo único que hay que hacer es andar. Puede parecer aburrido, pero ya os decimos que por mucho que sea sólo caminar, si mientras lo hacéis estáis rodeados de labios gigantes que os persiguen, entornos tridimensionales con una barbaridad de colores que parpadean o bichos con alas pero sin rostro del tamaño de un niño de 10 años... Pues lo acabas flipando bastante.

Como ya imaginaréis, el juego está catalogado como uno de los más raros de la historia (de ahí que os hablemos de él en ésta sección, claro), y para muchos es el más extraño de todos los tiempos. Hay que tener en cuenta que el LSD es una droga que anula por completo tu capacidad de concentración y produce unas larguísimas y raras alucinaciones, por lo que plasmar eso en un videojuego es tremendamente difícil. Por "suerte", la gente que consume LSD suele recordar muchas de esas visiones o alucinaciones, y crear un videojuego sobre la droga en cuestión sólo es posible gracias a esos recuerdos.


El desarrollo, un sinsentido continuo

Antes decíamos que una de las características más propias del juego era que no hubiera trama, pero ahora hay que hablar de la jugabilidad, de lo que pasa en el juego. Aunque no haya nada que nos guíe, que nos diga hacia dónde debemos ir o por dónde hay tal objetivo o tal otro (básicamente, porque no lo hay), sí hay cierto límite en cuanto a la aleatoriedad.

El juego crea los escenarios totalmente al azar, pero los escenarios quedan de algún modo "registrados", lo que hace que podamos revisitarlos cuando hayamos completado los 20 días que dura el modo principal. Bueno, "modo principal" es una forma muy optimista de llamarlo, pues sólo existe ese. Decimos "principal" porque una vez llegamos al término de esos (aproximadamente) 20 días, se desbloquea la opción de visitar de nuevo escenarios en los que ya hayamos estado, pero ni siquiera es un modo nuevo o alternativo. Éste modo, llamado "modo Flashback", es lo único que nos brinda la oportunidad de ver el mismo escenarios dos veces. Por poneros un ejemplo, es como si en un juego dividido en capítulos, guardáramos la partida en cada uno de éstos, pudiendo cargarla cuando queramos en uno u otro punto de la historia. Así, pero con menos sentido que una película pornográfica con subtítulos, para que os hagáis una idea.


¿Que qué vemos mientras jugamos? Pues es difícil de explicar, oye...




Una vez empezamos a jugar ya notamos que va a ser una experiencia rarísima. Desde el principio estamos rodeados de ojos gigantes que nos siguen con la mirada, de caballos que vuelan (y no, no son pegasos), de flores con rostro que nos sonríen de forma siniestra, de colores y formas que cambian incluso cuando pasamos cerca de ellos, por la absurda aleatoriedad del juego... "¿Qué no vemos?" sería mejor pregunta.

La gracia del juego es que, a medida que avanzamos en los escenarios, éstos cambian, sobre la marcha. Si pasamos de un escenario a otro, ya ni os contamos lo que cambia, claro; pero incluso sin movernos del sitio podemos ver una gama de colores, formas y criaturas muy diferentes a las que había cuando llegamos en poco más de veinte minutos.

Uno de los misterios más conocidos del juego es "Gray Man". También conocido como el Hombre Sombra (Shadow Man en inglés), es un individuo que nos encontramos varias veces en el juego, pero al que por alguna razón no debemos acercarnos ni intentar interactuar con él, ya que si nos acercamos demasiado a él o dejamos que él se acerque demasiado a nosotros, la pantalla empieza a parpadear y el misterioso hombre desaparece. No parece nada grave en un principio, pero el problema llega cuando después nos damos cuenta de que Gray Man ha eliminado la capacidad de volver, mediante el Flashback, a ese sueño/escenario.

El misterioso Gray Man en todo su esplendor... 


Finalmente, si queréis probarlo...

Esperamos que os refiráis al juego y no al LSD. Si queréis darle una oportunidad, debéis saber que el juego salió originalmente para la primera PlayStation en octubre de 1998, cosa que ya complicaría suficiente el poder conseguir una copia física, pero es que además, al tratarse de un juego de culto, si lograrais encontrar el juego original, os cobrarían un pastón o no os lo venderían, directamente... ¡Pero hay solución!

Puesto que la primera PlayStation ya no proporciona ningún tipo de beneficio directo a Sony, os recomendamos buscar un emulador de PSX y probarlo directamente en vuestro ordenador. Eso sí, si acabáis medio locos a los veinte minutos de empezar el juego, después no digáis que no os hemos avisado... Que vaya bien, jugones.

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