domingo, 30 de noviembre de 2014

El séptimo arte: "Pokémon, la película: Mewtwo vs Mew" (1998)

Bienvenidos sean todos, una vez más, a nuestra sección de cine: 'El séptimo arte'. Como ya sabrán si leyeron la primera entrega de éstos artículos dedicados al mundo cinematográfico (en la cual analizamos la primera película de Silent Hill, por si queréis echarle un vistazo), en Templo Jugón también somos aficionados al cine, por lo que vimos buena decisión incluir películas -siempre relacionadas con videojuegos o, para qué nos vamos a engañar, pertenecientes a la cultura friki- en nuestras críticas y análisis.

Hoy toca una película que, muy probablemente,  ha marcado a todos los que están leyendo éste artículo: "Pokémon, la película: Mewtwo vs Mew".


Hay que empezar hablando un poco del contexto en el que se encontraba la saga Pokémon en el 98, pues con Pokémon Rojo, Azul y Amarillo se produjo el gigantesco boom que expandió la franquicia a todo el mundo. Mirásemos donde mirásemos, había merchandising de Pokémon: muñecos, juegos de cartas, anuncios, peluches, llaveros, camisetas, los propios videojuegos, ropa con estampaciones, disfraces... Todo el mercado aprovechó el tirón que se produjo con el salto a la fama de las 151 criaturas que existían por aquél entonces. Y entonces, apareció la primera película basada en la saga. Un sueño hecho realidad.


Un tratamiento del argumento sorprendente

La historia que narra la película empieza con un laboratorio en el que se está gestando algo que parece ser el primer pokémon artificial, Mewtwo. El experimento no sale como esperan y Mewtwo arrasa con todo lo que encuentra en el laboratorio al cerciorarse de que es un mero objeto, es decir, que esos científicos que le habían dado la vida lo habían hecho sólo por interés, para utilizarlo. Mewtwo, que no soporta esa triste realidad, es observado por Giovanni (líder del Team Rocket), el cual se dirige a donde está el pokémon y le ofrece su ayuda para aprender a controlar todos sus poderes.


El problema viene cuando, mientras Mewtwo entrena contra pokémons que Giovanni trae ante su presencia, se da cuenta de que le está volviendo a pasar: lo están utilizando para llegar a una meta personal ajena a él. La furia vuelve a dominarle por completo, rebelándose contra el humano y escapando. Hasta aquí, no se considera spoiler nada de lo que hemos dicho. Pero a partir de aquí, aunque intentaremos desvelar poco de la trama por si alguien no la ha visto alguna vez (que tiene delito, pero bueno), nos es imposible aseguraros que no os haremos spoilers, así que SPOILER ALERT.

Como iba diciendo, después de la huída de Mewtwo la película deja de centrarse en él y se centra en Ash, Misty y Brock, que reciben una carta (de manos de un Dragonite mensajero muy salao, oye) de alguien que les invita a su isla para combatir contra él, autoproclamándose el "mejor entrenador Pokémon del mundo"; viva la humildad, con dos pokéballs, claro que sí. Los jóvenes protagonistas aceptan ir a Isla Nueva, en la que se les cita. Allí, tras un durísimo viaje en el que "alguien" está controlando el océano para hacer llegar sólo a los más fuertes, se encontrarán con muchos entrenadores, todos citados del mismo modo. Como imaginaréis, es un planteamiento argumental bastante interesante, lo cual es siempre de agradecer, pero quizá el comienzo tira un poco de tópicos pokémon: un combate con un entrenador desconocido, una música potente para acompañar el combate, una nueva demostración de que la técnica de Ash, al principio, era más bien escasa... Pero, en realidad, ésto no es un fallo. Me explico.

No podemos dejar de ver esos detalles tan típicos, pero hay que pensar que, allá por el 98, ésta era la primera vez que se veían en pantalla grande. Es decir, que lo que ahora vemos como elementos muy trillados en las partes iniciales de todas las pelis de Pokémon, en aquellos años eran todavía sorpresas. Por éste motivo no lo vemos como un elemento del todo negativo. Pero tenemos que volver a la historia, porque nos acercamos a la parte importante.

Ahora ya sí que sí, viene un spoiler bueno, bueno. El entrenador que decía ser "el mejor del mundo" no es otro que el atormentado protagonista que al principio se nos presentó, Mewtwo, que hace luchar a los pokémons de los entrenadores contra sus clones, modificados genéticamente.

Nos os reventaremos el final, pero sí debo hablar de la interpretación que debe hacerse. Antes de nada, hay que remarcar mucho el hecho de tratar de temas como el jugar a ser dios, tal y como hicieron con Mewtwo al crearlo o como hizo él mismo al hacer clones de pokémons reales. Éste es el punto que, por lo menos a mi, ahora que lo pienso unos 15 años después de haber visto la película por primera vez, me deja algo trastocado. Es una película hecha para niños, que debe -en un principio- basarse en la diversión y la emoción de la que puede presumir el anime. Pero, en lugar de usar ese encanto natural de las batallas pokémon, los guionistas fueron muchísimo más allá con el argumento, haciendo de él una historia bien hilada, adulta y seria. Y eso es muy de agradecer, pues aunque parezca mentira, los niños también disfrutan de una historia profunda siempre que esté edulcorada con buenos efectos e interesantes personajes y combates. Obviamente no les interesará si en vez de hablar de Pokémon se explica el significado de Las flores del mal de Baudelaire, por poner un ejemplo; pero un argumento potente con buenos efectos visuales siempre engancha.


Un apartado técnico cuidado, pero en la media

La película presenta un dibujo contundente, claro y bien coloreado, lo que suaviza las animaciones y ayuda a seguir la acción. Además, el correcto uso de sombras y colores oscuros que se lleva a cabo va de perlas para esa historia adulta de la que hablábamos antes. Eso sí, más allá de los espectaculares ataques y algún que otro paisaje, todo el estilo se parece mucho al anime (lo cual no es malo, pero podrían haberse esmerado algo más).

No vamos a ser hipócritas, es obvio que en aquella época la calidad de imagen que permitían las cintas VHS y los rollos de película en los cines no era como la de ahora, pero igualmente podría haber sido técnicamente superior. Por ejemplo, el clásico de Studio Ghibli "La princesa Mononoke" salió un año antes y presenta una fluidez y unos recursos artísticos algo mejores, y eso que no tenían los multimillonarios recursos que generaba una saga como Pokémon (aunque en Ghibli tampoco se quedaban cortos en fondos...). En general "Pokémon, la película" es buena en lo técnico, de verdad, pero no nos deja con la boca abierta, por decirlo de algún modo.

Mención especial a los escenarios como Isla Nueva o el estadio de combate que ésta contiene, que con su gran diseño, en ambos casos espectaculares en los planos amplios, nos meten de lleno en la película.


¿Consigue conservar la magia de los videojuegos y el anime?

Vamos al punto importante. En una película basada en una novela, un cómic, un videojuego... Lo más importante es la fidelidad. Y hay que valorar también el encanto que hay dentro de esa fidelidad (que ya se supone siendo los protagonistas los mismos del anime): la susodicha "magia".

En cuanto a la fidelidad, se sigue a rajatabla el estilo del anime, por supuesto. Tanto los personajes como el ritmo de narración son calcados, pero hay ciertas mejoras como el audio (con efectos más cuidados) o las partes en las que los colores vivos inundan la pantalla.

Algo a destacar es la gran labor de creación que se llevó a cabo con el personaje de Mewtwo. En los videojuegos, enfrentarse a Mewtwo era el último escalón que debíamos superar para llegar a lo más alto, para ser realmente un "maestro pokémon". Y, en la película, se le da ese toque de "ser superior" gracias a un magnífico doblaje y a un perfil psicológico mucho más complejo que el de cualquier personaje -y obviamente mucho más complejo que el de cualquier pokémon-, cosa que hace que empaticemos mucho más con él.




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