sábado, 1 de marzo de 2014

Silent Hill: quince años de leyenda

No somos pocos los que sentimos gran estima por la saga de Silent Hill, una saga que nos ha regalado juegos históricos y que quedarán en la memoria de todos aquellos que los hayamos jugado. Algunos, sólo han jugado al primero. Otros, a los más nuevos. También hay quien los ha jugado a todos. Sin embargo, todos nos hacen tener un sentimiento de angustia que, en una época dominada por las armas y la acción, se echa de menos.

Por eso, y aprovechando el 15 aniversario de la saga, queremos dedicar un poco de nuestro tiempo a su universo.



La esencia del pueblo maldito

Silent Hill surgió de la mano de Keiichiro Toyama (que después seguiría en la línea del survival horror, dirigiendo juegos como la tríada formada por Siren, Forbidden Siren 2 y Siren: Blood Curse). Sin hacer mucho ruido por nuestros lares, llegó y triunfó en todo el mundo. La crítica osciló mucho en algunos aspectos, como en el apartado gráfico, pero todos alabaron la gran historia que nos hacía vivir, así como el miedo que nos producía. Pero quizá "miedo" no es la palabra.


¿Qué es eso que tenían los Silent Hill, que no nos aterroriza pero no nos deja dormir tranquilos? Una gran mezcla, supongo. Si hablamos claro, en los juegos hay una gran combinación de desolación -el jugador está sólo ante un constante peligro que, para colmo, muchas veces desconoce- y de terror derivado del ambiente y de la trama.


Y es que esos dos puntos son las claves de la saga de Konami: una historia que nos mantiene pegados al mando y un diseño de los escenarios que pasa de lo inquietante a lo macabro en pocos segundos.

Los personajes que se crearon para las primeras entregas son pura magia, "apología del videojuego" que dicen algunos. No sólo se crearon unos protagonistas con los que se pudiera enfatizar, si no que se idearon antagonistas tan ambiguos que, una vez terminas el juego, no sabes si son realmente malvados o sólo perseguían sus ideales, lo que les habían enseñado. Por otra parte, tenemos los monstruos. Las criaturas que habitan Silent Hill son de esas que una vez que las ves, no se te olvidan. Vale, hay algunas que son simples 'bichos voladores' (muy molestos, eso sí) y tienen un diseño normalito, pero a ver cómo te sacas de la cabeza a Pyramid Head, a la criatura que llaman "Dios" en la tercera entrega, a los diabólicos maniquíes o a las enfermeras sin rostro...



Una historia bajo la influencia de La Orden

Si alguien no ha jugado nunca a Silent Hill (¿qué habéis estado haciendo hasta ahora?) quizá no sepa nada de La Orden. Los que sí hayan tenido el placer de jugar, ya sabrán de qué va la cosa.


La Orden es una especie de agrupación religiosa en la que se practica el culto a lo que ellos llaman 'las reencarnaciones de dios' (criaturas del Silent Hill 'oscuro', el que aparece al irse la niebla y teñirse por completo de negro y rojo). No hay nada malo en seguir una religión u otra, o adorar a un ente en vez de a otro, pero lo de La Orden va más allá. La organización es tan devota que creen que todo aquél que no siga sus mandatos, simplemente está traicionando a la fe y no merece seguir entre ellos. Y no me refiero a que lo expulsen del grupo (que también), sino a que directamente llegan a matar personas por considerarlas un peligro para la comunidad.


En los juegos, los miembros de La Orden aseguran no creer en 'lo malo' o 'lo bueno' (pero van sacrificando gente si te consideran lo primero, fíjate), sino que creen en dos bases de lo más primarias: el 'caos' y el 'orden'. Y para mantener ese orden ponen en práctica métodos que sobrepasan los límites de la lógica y aplican unos castigos inhumanos, llegando, como ya se ha dicho antes, incluso a la muerte. La sombra de ésta organización es mucho más alargada de lo que parece. No es un grupo de dementes aislados: son la mayor autoridad en el pueblo y no hay nadie que no esté bajo su influencia, ya sea por la educación recibida (que, efectivamente, también es responsabilidad de La Orden) o por la protección que la organización ofrece.

Si jugáis a los videojuegos, os aseguramos que probablemente acabaréis odiando a ésta gente, porque no dejan de incordiar en todo el desarrollo y siempre con unos motivos para ellos lógicos y para nosotros descabellados y sin sentido. Pero la verdad es que son los que dan vidilla a la historia.



Silent Hill, el Silent Hill de niebla y el infierno de Silent Hill 


Quizá ahora estáis un poco desconcertados por el título. En Silent Hill nos encontramos con tres versiones totalmente diferentes del pueblo maldito. La primera, el Silent Hill normal y corriente, es un pueblo abandonado con ciertos vestigios de lo que en su día fue humanidad. En él, no hay nada sospechoso, peligroso o terrorífico: no es más que edificios vacíos y calles desiertas. Sin embargo, tiene cierta relación directa con los otros (sobretodo con el de niebla), y eso en los juegos es un factor clave.


La segunda es la del Silent Hill de niebla, la más interesante y la que probablemente se recuerda más. En ésta "dimensión", el pueblo está de nuevo desierto, pero ésta vez está cubierto de una espesa capa de niebla que nubla la vista y que te hace desconocer, en muchas ocasiones, por dónde vas exactamente o qué te vas a encontrar al doblar una esquina. En ésta dimensión sí hay enemigos y es donde La Orden permite a la gente vivir fuera de la la iglesia, lugar inmune al poder del mal que domina el pueblo. Pero la cosa cambia cuando suena la bocina que anuncia la llegada de la oscuridad.


Cuando eso pasa, todo se transforma y pasamos a la tercera versión del pueblo: la infernal. El denominado 'infierno de Silent Hill' es la versión sádica de un pueblo ya de por si macabro, y en ella asistimos a escenas de lo más terroríficas y, a veces, incluso asquerosas: no es raro encontrarse cadáveres humanos hincados en todo tipo de pinchos y alambres a modo de tortura. Si eso no es suficientemente fuerte, también hay cuerpos que sufren la misma suerte pero siguen vivos. Y que vienen a por nosotros. Algunos ni siquiera se mueven rápido, pero la impresión que da el tener a una figura tan retorcida y sufriendo un dolor inimaginable ya nos deja mal cuerpo con solo verlos. A éstos se les suman otras criaturas con un diseño menos 'bestia' pero igualmente perturbador.

Éstos tres Silent Hill en realidad se funden en uno y conforman un sitio cruel, desolado y falto de cualquier indicio racional, por lo que nos sentimos verdaderamente condenados durante lo que dura nuestra estancia allí.


Los personajes


Aunque la cantidad de personajes que aparecen en la saga no es absurdamente elevada, tampoco es baja, pero eso no nos impide hacer un repaso a las figuras más importantes que han pasado por la saga durante éstos 15 años. Intentaremos no hacer spoilers.


- Harry Mason: El protagonista de la primera entrega y, probablemente, el más recordado de todos cuantos han pasado por los juegos de la saga. Harry se embarca en la búsqueda de su hija Cheryl tras un accidente de coche producido mientras se dirigían a Silent Hill, el pueblo con el que su hija tenía pesadillas constantemente. Más tarde descubrirá que su hija tiene 'demasiado' que ver con Alessa, una niña con poderes oscuros que fue castigada con demasiada crueldad en el pueblo muchos años atrás.




- James Sunderland: La historia de James empieza con la llegada de una carta a su nombre, que envía su esposa, algo imposible ya que su esposa murió tres años antes de que él recibiera esa carta. Cuando él conoció a la que sería su mujer, Silent Hill era un pueblo normal y corriente; y allí tenían su 'lugar especial', donde pasaron grandes ratos mientras iba creciendo su amor. En éste contexto, James decide dirigirse al pueblo para investigar, pero el sitio que se encuentra es muy diferente de aquél en el que estuvo con su esposa.





- Heather Mason: Es la hija adoptiva de Harry. En el primer juego se explica como se encomienda a Harry el cuidado de la chica, que crece junto a su padre adoptivo mientras sufre pesadillas relacionadas con Silent Hill, pueblo que nunca ha visto pero en el que, curiosamente, sí ha estado. Tras un ataque por parte de un miembro de La Orden, al cual Harry mató en defensa propia, se mudaron y el nombre de su hija fue cambiado a Heather, por el cual se conoce a la chica durante la mayor parte de la trama.






- Henry Townshend: Henry, tras una pesadilla, despierta encerrado en su apartamento, cuyas puertas y ventanas están cerradas con cadenas y candados. Fuera, además, nadie puede oírle. En la pared de su baño, de repente, aparece un oscuro agujero que le inquieta y sorprende a partes iguales. Henry, al no tener otra vía de escape para conseguir salir de su hogar, entra en el agujero, el cual le llevará, sin saber por qué, por una red de mundos basados en sueños directamente relacionados con Silent Hill.




- Travis Grady: El bueno de Travis es un camionero con poca suerte. Mientras conducía cerca de Silent Hill, Travis se cruzó con una niña y casi choca por ella. Preocupándose por la chica, la busca por los alrededores y, cuando la ve, intenta perseguirla para asegurarse de que no está herida. En vez de encontrarse a la niña, llega a un incendio: una casa está ardiendo por completo y se escuchan gritos dentro. Travis rescata a una niña, la que gritaba desde dentro, y sale. Pero se desmaya. Y despierta en Silent Hill.



-Alex Shepherd: El ex-soldado Alex Shepherd sigue la línea de la mayoría de protagonistas y sufre una pesadilla. Tras despertar, Alex se dirige a casa y ve que su hermano, Joshua, ha desaparecido sin dejar rastro. Intentando encontrarlo, Shepherd irá al denominado Shepherd's Glen (una ciudad vecina de Silent Hill), ya que fue donde nacieron y se criaron ellos. Un percance le hará desmayarse y despertarse de golpe en un pueblo oscuro, deteriorado y terrorífico: Silent Hill.





- Murphy Pendleton: En el último Silent Hill encarnamos a Murphy, un presidiario encerrado por robar a la policía. Tras un motín en la prisión, él y bastantes reclusos más son obligados a subir al autobús de la cárcel para ser trasladados a un lugar aún peor: la prisión de máxima seguridad situada en Wayside. Sin embargo, durante el trayecto el autobús cae por un precipicio y queda destrozado. Murphy sale de él y ve que se encuentra en las afueras del pueblo de Silent Hill.





La huella y el legado de Silent Hill


Durante todos éstos años, la saga de Konami ha hecho las delicias de los fans (los años más recientes con menos acierto) y, de una saga con tanto prestigio, se han podido observar innumerables influencias en otros juegos, también del género survival horror, directamente sacadas de Silent Hill.


Además, la primera entrega está considerada casi por la totalidad de los jugadores como el mejor survival horror de la historia. Pero la importancia de ésta saga va mucho más allá. Con ella se han creado términos como "el ángulo de cámara estilo Silent Hill", y los juegos de terror no pueden concebirse sin tener en cuenta la influencia de la saga que nos ocupa.

Tras la marca hay un extensísimo catálogo de merchandising que las empresas han sabido aprovechar perfectamente para atraer la atención de los consumidores, cosa que no es de extrañar teniendo en cuenta la ingente cantidad de fans que tiene.

Quizá hay gente a quien le viene a la cabeza más el nombre por las películas. Efectivamente, Silent Hill posee dos adaptaciones cinematográficas que siguen el hilo de la historia presentada en la primera y la tercera entrega, es decir, el arco argumental de Harry y Heather Mason. Éstas películas presentan variaciones respecto a los juegos originales, como el presentar una protagonista diferente a Harry en la primera película: Rose. Heather, su hija, es la protagonista en la segunda película, algo que se acerca más al argumento real de los videojuegos. Os recomiendo encarecidamente que las veáis, sobretodo la primera, que capta realmente bien el ambiente del primer SH. La segunda, aunque también plasma de forma perfecta el universo de SH3, tiene un argumento algo más flojo, pero bastante interesante también.




Para terminar, tenemos que agradecer a Keiichiro Toyama y a Konami el haber creado tal obra maestra, y esperamos que la saga vuelva a sus días dorados en la nueva generación, pues el potencial de Silent Hill es como su niebla, no se acaba nunca.

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